© Academia para la innovación en ciencias médicas
Alice, una chica de 25 años nacida en Treviso y residente en la provincia de Venecia. Un calvario que ahora parece terminado, y una esperanza que se enciende de nuevo. Sometida a los tratamientos seguidos por el Dr. Alfonso Recordare del Hospital Dell'Angelo de Mestre.
Alfonso Recordare, Nikoloz Pruidze*, Lia Nadareishvili*, Dea Nizharadze*. MziaKutateladze*
Div. Cirugía Hospital dell'Angelo Venecia Mestre, Italia. *EliavaPhageTherapyCenter Tbilisi, Georgia

La osteomielitis es una de las complicaciones infecciosas más graves en el paciente sometido a reducción de fractura mediante medios de síntesis.
El tratamiento estándar de los estadios más avanzados prevé la combinación de terapia quirúrgica y antibióticos.
Estas infecciones a menudo no se resuelven debido a la aparición de resistencia a los antibióticos, a la escasa capacidad de penetrar el biofilm, u otros factores. Los bacteriófagos representan una ayuda válida en el tratamiento de estas formas complejas.

Cuadro clínico al inicio del tratamiento con bacteriófagos. El paciente presenta dolor espontáneo y logra deambular con la ayuda de muletas por trayectos cortos.
Está presente una fístula activamente secretante y signos de inflamación en el tercio medio e inferior de la pierna.

Control radiológico al mes del inicio de la terapia. La fístula se ha cerrado.
El examen RX demuestra la formación de callo óseo, predominante en el lado opuesto a la inserción de los fijadores externos y los signos de consolidación del foco de pseudoartrosis.

Cuadro clínico a 40 días del inicio del tratamiento. Aparece una fístula que secreta una cantidad modesta de suero.
Un examen de cultivo evidencia un estafilococo, sensible a una diferente preparación de bacteriófagos (staphylophage®), que se añade a la terapia en curso.

Cuadro clínico al término de la terapia. Los medios de síntesis han sido retirados. Tras un periodo de 30 días con yeso, el paciente deambula sin necesidad de ningún tipo de ayuda. En el seguimiento a 3 meses, el cuadro cutáneo muestra una mejoría progresiva y el callo óseo está en proceso de osificación progresiva.
A los 2 años no hay signos de recidiva, ni clínica ni bioquímica.